Por
la aparición de la estación del otoño, las aguas del océano se vuelven quietas
y tranquilas, del mismo modo que una persona avanzada en la autorrealización,
no se perturba más por las tres modalidades
de la naturaleza. (Krsna, La suprema personalidad de Dios, Vol. 1, Cap.20, "Descripción del
otoño").
El
hombre ordinario, por tener agitada su mente y sentidos, no es calmado y pacífico. Sus sentidos están descontrolados y
vanamente ocupados en perseguir a la felicidad
comiendo, apareándose, durmiendo y defendiéndose; o está ansioso por realizar tales actos, o
está lamentándose al haber intentado estérilmente hallar la felicidad en los
placeres de la mente y los sentidos.
dhyayato visayan pumsah
sangas tesupajayate
sangat sanjayate kamah
kamat krodho 'bhijayate
Al
contemplar el objeto de los sentidos, en la persona se desarrolla el apego a
ellos, de ese apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira. De la ira
surge la ilusión completa, y de la ilusión la confusión de la memoria. Cuando
la memoria se confunde, se pierde la inteligencia, y al perder la inteligencia,
uno cae de nuevo al charco material. (Bhagavad-gita 2.62-63)
El
evita la búsqueda de placer material ilusorio y su resultado es el sufrimiento.
El permanece apacible porque está satisfecho en conciencia de Krsna. Un hombre
que tiene un millón de dólares no se vuelve frenético al tratar de obtener o de
disfrutar los placeres que traen mil dólares. El ciudadano respetuoso de la
ley, no se pone colorado o al borde del pánico a la aparición de la fuerza de
la policía. Similarmente, el trascendentalita, quien se satisface al realizarse
como el eterno sirviente del Señor Supremo,
no es seducido por los placeres del mundo ni sacudido por las adversidades.
Su temperamento es moderado porque no tiene nada para ganar.
Al
explicar yoga-samadhi en el Capítulo Seis del Bhagavad-gita, el Señor Krsna
emplea la metáfora de una lámpara en un lugar sin viento para describir la
meditación constante e imperturbable del devoto, en su adorable Señor. El
devoto Prahlada Maharaja, de cinco años, también permaneció tranquilo y
sosegado aún mientras su padre trataba de torturarlo, porque Prahlada nunca
olvidó los pies de loto de Krsna. El Gita compara a tales apacibles devotos,
con el océano. Así como el océano permanece calmado aunque muchos ríos llegan a
él, el devoto permanece apacible, no obstante el flujo incesante de deseos.
Únicamente
el amor extático por Dios puede remover la naturaleza moderada existente en el
devoto. El océano permanece calmado no obstante el flujo de miles de toneladas
de agua de rio; pero cuando la luna
llena aparece en el firmamento, entonces las playas se inundan con las altas
mareas. Similarmente, el devoto moderado, algunas veces experimenta
turbulencias extáticas y canta, baila y llora, sin preocuparse por si apariencia
social.
Pero
en la turbulencia de la vida material, el devoto permanece en calma, en razón
de haber alcanzado la meta suprema de la vida. Esto es llamado atmarama,
satisfacción en sí mismo. Como resultado un devoto vive una vida que no provoca
innecesariamente a los sentidos. Sus hábitos de comer y dormir son simples y
son mantenidos sólo para mantenerse saludables y ejecutar servicio devocional.
Su regulada y moderada vida de dormir, comer y beber, produce una disposición
de no-violencia, no turbulencia.
Una
persona que está ingiriendo cantidades de alimentos estimulantes, licores
tóxicos, cuya visión está siempre agitada por las insípidas imágenes sin espíritu
transmitidas por televisión, quien siempre está escuchando canciones sobre sexo
y viendo películas para excitar su deseo sexual, está ardiendo en pasión y
sumido por la ignorancia. Aún en la universidad, se le está dando un proceso
especulativo después de otro sin alcanzar siquiera una conclusión, y su medida
del aprendizaje es el grado en el cual la mente está tan agitada que puede
pasar constantemente de una opinión a otra sin conseguir una respuesta final.
cómo puede tal persona alcanzar la calma si no es por los métodos químicos de
inducción a tomar café, té, tranquilizantes, barbitúricos o heroína, todos los
cuales producen efectos retardados tanto físicos como fisiológicos y realmente
le lleva aún más lejos de alcanzar una disposición natural calmada?. Además de ser agitados por drogas,
gratificación sensorial y especulación mental; tal persona descontrolada,
ocasionalmente percibe que por sus perniciosas actividades está acercándose a
una muerte poco auspiciosa. El, consecuentemente, experimenta pesadillas y
otras formas del mal.
El demoniaco rey Kamsa aunque estaba protegido por grandes
ejércitos, murallas, armas y su propio y poderoso cuerpo, tenía continuos
temores de que Krsna vendría un día y lo
mataría.
Kamsa
empezó a observar varias clases de signos inauspiciosos, tanto dormido como
despierto. Cuando se miraba en el espejo no podía ver su cabeza, aunque su
cabeza realmente estaba allí. El podía ver doblemente las luces en el cielo,
aunque de hecho había sólo un conjunto.
Empezó
a ver huecos en su sombra y podía escuchar un zumbido agudo en sus oídos. Todos
lo aboles aparecían ante él como hechos de oro y no podía ver las huellas de
sus propios pies ni en el polvo ni en el barro.
En
un sueño él vio varias clases de fantasmas que eran llevados en una carroza
tiradas por burros. También soñó que alguien le había dado veneno y que él estaba
tomándolo. (Krsna, Vol 11, Cap. 7. pag. 35).
Otra
razón por la que los devotos no están tranquilos es por su intensa
politiquería. Ellos están siempre maniobrando para conseguir alguna posición en
una relación engañosa y competitiva ya sea en el campo de la política
profesional o en su ocupación ordinaria o entre los familiares. Temerosos de
que sus aliados les fallen o que sus enemigos los superen, ellos se alinean con
varios partidos para proteger sus intereses creados. Esta mentalidad produce ansiedad
constante, pero como un devoto está rendido a Krsna, únicamente, él no tiene preocupaciones
acerca de partidos políticos; él es despreocupado.
Así
era el apacible estado de la vida de Haridasa Thakura. Aún su domicilio, aunque
simple, reflejaba su estado mental puro: "Todo el que vio la belleza de la
cueva de Haridasa Thakura, con la planta tulasi en un límpido altar, quedaba
fuertemente impresionado y satisfecho."
No era la cueva de Haridasa Thakura únicamente tranquila y limpia, sino
que su mente y corazón era tan puro y resuelto que aún ni Maya devi en persona, quien llegó en la forma de una
fascinante mujer, pudo disuadir a Haridasa Thakura del éxtasis de cantar Hare
Krsna. Un devoto es también manso en sus tratos con otros. Por su puesto, el dicho
es, " Un Vaisnava es tan suave como
una rosa y tan duro como un rayo." Por eso, algunas veces, cuando responde
aun blasfemo, por ejemplo, el no es moderado.
El
Señor Caitanya no era apacible cuando corrió con el sudharsan cakra para matar
a Jagai y Madai. Pero el devoto es generalmente manso en sus respuestas,
especialmente cuando es asunto de tolerar algún atropello cometido contra
él. Su moderada disposición hacia los
eventos es también compatible con la cualidad de docilidad y humildad. El no se
encoleriza si es molestado personalmente sino que trata de reaccionar
moderadamente, como Haridasa Thakura en relación a los hombres a quienes se les
ordenó apalearlo en veintidós plazas de mercado.
Esa
mansedumbre, una vez más, no proviene de la timidez sino de una profunda satisfacción de sí mismo. Como
el gran océano, él es pacífico. Otros se agitan y desvarían por los sucesos
mundiales, frustraciones personales y malos presentimientos, pero el devoto
depende de Krsna y trata de llevar a cabo su orden. Por lo tanto una moderación
sin violencia, imperturbable y trascendental, es otro atractivo rasgo del
devoto.
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