jueves, 21 de abril de 2016

UN DEVOTO NO ES PROVOCADOR - Akrta-droha*

*(En el Sri Caitanya-Caritamrta, Srila Prabhupada traduce akrta-droha como humildad)

Antes de encontrar a mi Maestro Espiritual, Srila Prabhupada, pensaba en la humildad como extremadamente fugaz y mental; si uno se vuelve humilde, ¿no estaría orgulloso de su humildad?   Parecía más a un juego abstracto que a una realidad sustancial.   Pero ahora he visto humildad en Srila Prabhupada y en los grandes acaryas Vaisnavas del pasado.

En su saranagati, Bhaktivinoda Thakura evoca la actitud de humildad de una  manera que resulta muy útil a los devotos.   Aunque Bhaktivinoda Thakura es un acarya empoderado y liberado, se describe a sí mismo como una de las almas condicionadas caídas, y así se lamenta el haber desperdiciado su vida sin conciencia de Krsna. El dice que ha llegado a conciencia de Krsna al final de su vida no en razón de su propia y virtuosa decisión, sino porque la vida material lo había destruido y ahora no tiene otra alternativa. El está verdaderamente humillado y forzado por las vicisitudes del tiempo y la fortuna a ser humilde. Observando la llegada de la sombría muerte, hallándose incapaz de disfrutar de los placeres sensuales, humildemente se refugia en el mensaje del Señor Caitanya.

Bhaktivinoda Thakura manifiesta tristeza también, por no haberse rendido a Krsna mucho antes, y esta tristeza es también un sentimiento devocional. Esto es muy superior al disfrutador ciego quien va por ahí alegremente en ignorancia. El devoto humilde, como lo expresa  Bhaktivinoda Thakura toma el significado de humildad que da el diccionario: “consciente de los defectos de uno."  Pero, más allá del significado del libro, Bhaktivinoda Thakura ve todo en relación con Krsna. Habiendo alcanzado el punto de desesperanza, el recibe el mensaje del devoto puro de Krsna que compasivamente le ha entregado. Hay allí esperanza, Krsna  ha salvado tantas almas caídas, y El puede salvar otra.

Saranagati, por lo tanto, nos enseña que la humildad no es una cosa superficial. Es profunda, honesta y natural; y esta llega cuando un alma ve su fracaso y ruega, sin pretensión, el perdón y la ocupación en el servicio devocional a Krsna.
En su Bhagavad-gita Tal como es, Srila Prabhupada escribe: "humildad significa que uno no debe estar ansioso por tener la satisfacción de ser horado por otros."

Y el Señor Caitanya en el Siksastaka  da la expresión final de humildad;   uno debe cantar el santo nombre del Señor en un estado mental humilde pensando de sí mismo como más bajo que la paja de la calle, uno debe ser más tolerante que un árbol, carente de todo sentido de prestigio falso y presto a ofrecer todos los respetos a otros. En tal estado mental, uno puede cantar el santo nombre del Señor constantemente.

La humildad es gloriosa y es una de las principales cualidades de una persona situada trascendentalmente. Srila Prabhupada dice: “Las cualidades de humildad y mansedumbre llevan rápidamente a la realización espiritual.”
Lleno de humildad el sannyasi va de puerta en puerta. No precisamente para pedir sino para despertar en los anfitriones la conciencia de Krsna encontrando muchas dificultades en su viaje y prédica, el sannyasi se mantiene tolerante y humilde y consigue así la fuerza para continuar predicando.

Nadie está listo para acercarse a los pies de loto de Krsna  al menos que sea humilde. La humildad ante Krsna  es natural por supuesto, por que El es El Supremo. Similarmente, la humildad la humildad ante el Vaisnava es también natural, ya que es el sirviente del Supremo.
Cuando Krsnadasa Kaviraja dijo: “ Soy tan pecador que si usted simplemente recuerda mi nombre perderá todo el crédito de sus actividades piadosas." realmente lo significaba. Tal humildad, sin embargo, no es tan barata que se pueda obtener simplemente por escribir "Humildemente  tuyo" antes de firmar. No puede ser limitada, debe desarrollarse gradualmente. Si uno sinceramente desea ser un devoto y enfrenta honestamente las situaciones, debe entonces dejar toda la arrogancia y el orgullo. Siguiendo el sendero de los anteriores acaryas, notará como mostro humildad el Señor Caitanya al aceptarse a sí mismo como un tonto, delante de su Maestro Espiritual, Isvara Puri.

Un devoto honesto concluirá, "¿Que soy yo comparado con el Señor Caitanya?  Mi casa es humilde. Yo he entrado estúpidamente en el ciclo del nacimiento y de la muerte. Entonces, ¿de que puedo estar orgulloso?

Cuando el Señor Caitanya vino a Benarés en compañía de sannyasis Mayavadis, humildemente se sentó en el lugar donde todos se lavaron los pies. Los sannyasis Mayavadis habían tomado asientos elevados;  y cuando vieron al Señor Caitanya muy manso y humilde, pensaron que debía estarse lamentando. Ellos no podían entender su mansedumbre. Su humildad era inconcebible.

Rupa Goswami y Haridasa Thakura ejemplificaron  la bondad, también viviendo en una choza distante del templo de Jagannatha Puri. y en reconocimiento a su bondad el Señor Caitanya los visitó diariamente, dándole sus íntimas bendiciones.
Sanatana Goswami demostró su humildad en todos sus actos, pensando de sí mismo como impuro y temeroso de que los pujaris del templo pudieran  frotar su cuerpo mientras caminaba por la calle, Sanatana escogió caminar por la playa a cambio. El precio de tal humildad fue que la ardiente arena quemó las plantas de sus pies. Pero la gloria de su humildad fue que él no sintió la quemadura y que el Señor Caitanya lo abrazo como su querido devoto.

Sanatana Goswami, al rendirse al Señor Caitanya, expresa la perfecta humildad del discípulo: “Soy nacido en una baja familia, y mis asociados son todos hombres de clase baja. Yo mismo soy caído y el más bajo entre los hombres. Realmente he pasado mi vida entera caído en el pozo del pecaminoso materialismo. Yo no sé que es beneficioso para mí, ni qué es perjudicial. Sin embargo en el trato ordinario la gente me considera un erudito, y yo también estoy pensando así de mí. Lleno de tu misericordia sin causa, por favor dime cual es mi deber"  (Cc. Madhya 20. 99-101).

Su  Divina Gracia Srila Prabhupada exhibió su epitome de humildad al venir a América. El no tenía prestigio, se describió a sí mismo como un "mendigo insignificante." Padeciendo constantes dificultades a su avanzada edad, viviendo en una tierra extraña y en una peligrosa ciudad de Kali-yuga - el corazón de una degradación jamás vista por un Vaisnava acarya- Srila Prabhupada fue humilde constantemente. Él predicó a quien quisiera escuchar, y tolero insultos, asaltos,  la locura de hippies intoxicados con LSD, la ignorancia de la gente, la proximidad constante de los come-carne y maníacos sexuales, y su propia pobreza y obscuridad sin enojarse o descorazonarse. 
Gradualmente, Prabhupada triunfo en obtener discípulos e instalarlos con fe en conciencia de Krsna. Años más tarde, cuando el movimiento de conciencia de Krsna  prosperaba por sobre todo el mundo Srila Prabhupada nunca se acreditó nada de lo que había hecho. Dijo que no había hecho nada diferente a adelantar fervorosamente las órdenes de su Maestro Espiritual. El fue de este modo, humilde al llevar a cabo  la orden  de su Maestro Espiritual, humilde al venir a América, humilde al resistir dificultades y humilde en su fabuloso éxito.

Roguemos el ser devotos humildes y llevar a cabo la orden del Guru y de Krsna, cumplir sus instrucciones, "a quienquiera que encuentres háblale acerca de Krsna."

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