*(En el Sri Caitanya-Caritamrta, Srila
Prabhupada traduce akrta-droha como humildad)
Antes
de encontrar a mi Maestro Espiritual, Srila Prabhupada, pensaba en la humildad
como extremadamente fugaz y mental; si uno se vuelve humilde, ¿no estaría
orgulloso de su humildad? Parecía más a
un juego abstracto que a una realidad sustancial. Pero ahora he visto humildad en Srila
Prabhupada y en los grandes acaryas Vaisnavas del pasado.
En
su saranagati, Bhaktivinoda Thakura evoca la actitud de humildad de una manera que resulta muy útil a los
devotos. Aunque Bhaktivinoda Thakura es
un acarya empoderado y liberado, se describe a sí mismo como una de las almas
condicionadas caídas, y así se lamenta el haber desperdiciado su vida sin
conciencia de Krsna. El dice que ha llegado a conciencia de Krsna al final de
su vida no en razón de su propia y virtuosa decisión, sino porque la vida
material lo había destruido y ahora no tiene otra alternativa. El está
verdaderamente humillado y forzado por las vicisitudes del tiempo y la fortuna
a ser humilde. Observando la llegada de la sombría muerte, hallándose incapaz
de disfrutar de los placeres sensuales, humildemente se refugia en el mensaje
del Señor Caitanya.
Bhaktivinoda
Thakura manifiesta tristeza también, por no haberse rendido a Krsna mucho
antes, y esta tristeza es también un sentimiento devocional. Esto es muy
superior al disfrutador ciego quien va por ahí alegremente en ignorancia. El
devoto humilde, como lo expresa
Bhaktivinoda Thakura toma el significado de humildad que da el
diccionario: “consciente de los defectos de uno." Pero, más allá del significado del libro,
Bhaktivinoda Thakura ve todo en relación con Krsna. Habiendo alcanzado el punto
de desesperanza, el recibe el mensaje del devoto puro de Krsna que
compasivamente le ha entregado. Hay allí esperanza, Krsna ha salvado tantas almas caídas, y El puede
salvar otra.
Saranagati,
por lo tanto, nos enseña que la humildad no es una cosa superficial. Es
profunda, honesta y natural; y esta llega cuando un alma ve su fracaso y ruega,
sin pretensión, el perdón y la ocupación en el servicio devocional a Krsna.
En
su Bhagavad-gita Tal como es, Srila Prabhupada escribe: "humildad
significa que uno no debe estar ansioso por tener la satisfacción de ser horado
por otros."
Y el
Señor Caitanya en el Siksastaka da la
expresión final de humildad; uno debe
cantar el santo nombre del Señor en un estado mental humilde pensando de sí
mismo como más bajo que la paja de la calle, uno debe ser más tolerante que un
árbol, carente de todo sentido de prestigio falso y presto a ofrecer todos los
respetos a otros. En tal estado mental, uno puede cantar el santo nombre del
Señor constantemente.
La
humildad es gloriosa y es una de las principales cualidades de una persona
situada trascendentalmente. Srila Prabhupada dice: “Las cualidades de humildad
y mansedumbre llevan rápidamente a la realización espiritual.”
Lleno
de humildad el sannyasi va de puerta en puerta. No precisamente para pedir sino
para despertar en los anfitriones la conciencia de Krsna encontrando muchas
dificultades en su viaje y prédica, el sannyasi se mantiene tolerante y humilde
y consigue así la fuerza para continuar predicando.
Nadie
está listo para acercarse a los pies de loto de Krsna al menos que sea humilde. La humildad ante
Krsna es natural por supuesto, por que
El es El Supremo. Similarmente, la humildad la humildad ante el Vaisnava es
también natural, ya que es el sirviente del Supremo.
Cuando
Krsnadasa Kaviraja dijo: “ Soy tan pecador que si usted simplemente recuerda mi
nombre perderá todo el crédito de sus actividades piadosas." realmente lo
significaba. Tal humildad, sin embargo, no es tan barata que se pueda obtener
simplemente por escribir "Humildemente
tuyo" antes de firmar. No puede ser limitada, debe desarrollarse
gradualmente. Si uno sinceramente desea ser un devoto y enfrenta honestamente
las situaciones, debe entonces dejar toda la arrogancia y el orgullo. Siguiendo
el sendero de los anteriores acaryas, notará como mostro humildad el Señor
Caitanya al aceptarse a sí mismo como un tonto, delante de su Maestro
Espiritual, Isvara Puri.
Un
devoto honesto concluirá, "¿Que soy yo comparado con el Señor
Caitanya? Mi casa es humilde. Yo he
entrado estúpidamente en el ciclo del nacimiento y de la muerte. Entonces, ¿de
que puedo estar orgulloso?
Cuando
el Señor Caitanya vino a Benarés en compañía de sannyasis Mayavadis, humildemente
se sentó en el lugar donde todos se lavaron los pies. Los sannyasis Mayavadis
habían tomado asientos elevados; y
cuando vieron al Señor Caitanya muy manso y humilde, pensaron que debía estarse
lamentando. Ellos no podían entender su mansedumbre. Su humildad era inconcebible.
Rupa
Goswami y Haridasa Thakura ejemplificaron
la bondad, también viviendo en una choza distante del templo de
Jagannatha Puri. y en reconocimiento a su bondad el Señor Caitanya los visitó
diariamente, dándole sus íntimas bendiciones.
Sanatana
Goswami demostró su humildad en todos sus actos, pensando de sí mismo como
impuro y temeroso de que los pujaris del templo pudieran frotar su cuerpo mientras caminaba por la
calle, Sanatana escogió caminar por la playa a cambio. El precio de tal
humildad fue que la ardiente arena quemó las plantas de sus pies. Pero la
gloria de su humildad fue que él no sintió la quemadura y que el Señor Caitanya
lo abrazo como su querido devoto.
Sanatana
Goswami, al rendirse al Señor Caitanya, expresa la perfecta humildad del discípulo:
“Soy nacido en una baja familia, y mis asociados son todos hombres de clase
baja. Yo mismo soy caído y el más bajo entre los hombres. Realmente he pasado
mi vida entera caído en el pozo del pecaminoso materialismo. Yo no sé que es
beneficioso para mí, ni qué es perjudicial. Sin embargo en el trato ordinario
la gente me considera un erudito, y yo también estoy pensando así de mí. Lleno
de tu misericordia sin causa, por favor dime cual es mi deber" (Cc. Madhya 20. 99-101).
Su Divina Gracia Srila Prabhupada exhibió su
epitome de humildad al venir a América. El no tenía prestigio, se describió a
sí mismo como un "mendigo insignificante." Padeciendo constantes
dificultades a su avanzada edad, viviendo en una tierra extraña y en una
peligrosa ciudad de Kali-yuga - el corazón de una degradación jamás vista por
un Vaisnava acarya- Srila Prabhupada fue humilde constantemente. Él predicó a
quien quisiera escuchar, y tolero insultos, asaltos, la locura de hippies intoxicados con LSD, la
ignorancia de la gente, la proximidad constante de los come-carne y maníacos sexuales, y su propia pobreza y obscuridad sin enojarse o descorazonarse.
Gradualmente, Prabhupada triunfo en obtener discípulos e instalarlos con fe en
conciencia de Krsna. Años más tarde, cuando el movimiento de conciencia de Krsna prosperaba por sobre todo el mundo Srila
Prabhupada nunca se acreditó nada de lo que había hecho. Dijo que no había
hecho nada diferente a adelantar fervorosamente las órdenes de su Maestro
Espiritual. El fue de este modo, humilde al llevar a cabo la orden
de su Maestro Espiritual, humilde al venir a América, humilde al
resistir dificultades y humilde en su fabuloso éxito.
Roguemos
el ser devotos humildes y llevar a cabo la orden del Guru y de Krsna, cumplir
sus instrucciones, "a quienquiera que encuentres háblale acerca de
Krsna."
No hay comentarios:
Publicar un comentario